miércoles, 1 de marzo de 2017

Los Masters del Universo, modo nostalgia on fire...

Esta es una entrada largo tiempo pospuesta. De alguna manera el tema del coleccionismo había quedado en un plano muy posterior detrás del resto de mis aficiones, después de un tiempo muy largo rebuscando por Internet y participando en los foros de aficionados de la web. Pero eso ya era en el año 2006. De momento tenemos que comenzar en el año 1982...


Es el día de reyes, he levantado a mis padres antes incluso de que salga el sol. Y sólo por que era el día que era, estos accedieron a lo que en otras circunstancias se hubieran negado. Pero para que engañarnos, otro día no hubiese estado despierto a esa hora, pero de pequeño vives esa noche de una forma muy especial. Con los nervios y la emoción por las nubes, voy hacia el comedor y me encuentro con tres paquetes especiales. Del resto no me acuerdo, pero esos tres son los que podríamos decir que me marcaron: He-Man, Skeletor y una nave voladora con aspecto de ser amfíbia, el Wind Raider. Desconozco porque ese año los reyes lo tuvieron tan claro. ¿Lo puse en la carta? ¿Los vi en la tele, en un escaparate? Estoy casi seguro que no los había visto antes en manos de un amigo, creo que fueron de la primera tirada que salió en España, la de Congost, antes de que Mattel España decidiera eliminar intermediarios.



Aquellas figuras eran una pasada para un crío de tan tierna edad. O no, y fue mi tierna edad la que las magnificó, incluso podría haber sido una mezcla de ambas circunstancias. El caso es que eran alucinantes incluso antes de sacarlas (¿arrancarlas?) del cartón. El blister, que le diríamos ahora. Hoy me hubiese gustado haber podido conservar esos cartones, pero que le vas a explicar a un niño... El mismo cartón tenia una explosión de rocas rojas sobre un cielo azul en el que destacaba el logo las figuras tenían constitución de culturista y algunas una cara de mala leche importante. He visto porteros de discoteca menos amenazadores que Man-at-Arms. No tenían muchas cosas especiales, ni chips con sonido, ni cambiaban de color ni nada, eran los ochenta. El único "action feature" era un puñetazo que podían pegar gracias a un giro de cintura y un muelle interior. Simple pero efectivo. A partir de ahí, poco más que complementos, armas y alguna pieza de armadura. Pero nos hacía falta poco por entonces.


En aquella época fue todo un boom, cómo pocos que recuerde. Todos los críos teníamos alguna de esas figuras, y nos apelotonábamos en los escaparates de las jugueterias, manchando el cristal de babas, imaginando que teníamos aquellas figuras musculadas y terroríficas. Porque, como siempre, las más interesantes era siempre las figuras de los malos, eso era indudable. Los buenos tenían armas, tenían armaduras y tendrían una causa justa, pero no eran deformes, monstruosos y amenazadores. No había ni punto de comparación. Yo igual que todos mis amigos teníamos muchos más malos que buenos. Llámanos tontos.

Para colmo, las figuras venían con un mini-cómic en el interior de la burbuja. Los primeros, oscuros y brutales, como una versión extraña de un mundo hiboreo. Coexistían bestias gigantescas, ruinas arcanas, tecnología de ciencia ficción, héroes intrépidos y villanos bizarros.


Pronto los minicomics fueron abandonando ese aire de cómic pseudoadulto al estilo Conan para volver a un cómic de aventuras del montón, para acabar finalmente con minicomics dibujados con el ojete y sacados casi sin ganas cuando la línea ya estaba decayendo. Creo que mi paso de la infancia al adolescencia fue al leer aquel minicomic con los "demonios reloj"... Brrr...

Y así es como el tiempo pasa. No recuerdo muy bien en que punto fue, creo que abandoné la afición a las figuras de acción poco más o menos cuando comencé a aficionarme a los juegos de mesa, hablamos de séptimo de EGB si no recuerdo mal. El juego en cuestión fue el HeroQuest. Pero esa es otra historia, y se contará en otra ocasión...

El caso es que con el tiempo, llegó un día en el que apareció ese extraordinario invento del demonio llamado Internet. Y de repente tenias en tu propia casa la mayor base de datos de información útil y también de chorradas. Todo, ahí dentro había de todo. Y un día va y me dio por buscar a ver si alguien más recordaba con cariño aquellos muñecos con los que montábamos batallas campales y grandes historias en nuestra niñez. Y claro, si te preguntas eso es que realmente aun no sabes nada de Internet. Iluso... Miles de webs, fotos de colecciones alucinantes, figuras que ni sabias que habían existido, cómics que no se habían traducido, prototipos, hasta una "biblia" motu... Todo. Y más. Porque encima descubres webs como ebay y todocolección donde aún se venden esas figuras. Y si, incluyendo aquella que siempre quisiste y nunca pudiste tener. O el arma de aquella otra figura que perdiste y te dolió en el alma. Y ahí está de nuevo a tu alcance. Así que sin darte cuenta compras alguna cosilla y acabas liadísimo haciendo algo que en su momento ni hubieses soñado: coleccionar. Es decir, no intentar conseguir lo que más te gustaba, no. Sino intentarlo tener todo.


Pero oh, amigos. Antaño había acabado de nacer el concepto de merchandising y más o menos todos entendíamos que había un montón de cosas de nuestros queridos masters. Pero en la.actualidad ese concepto es un monstruo gigantesco e incontrolable, y no es que haya muchas cosas. Hay de todo, en una abundancia consumista que hasta al propio coleccionista ofende. Y es que con Internet descubrimos todo lo que había pasado en el tiempo entre el que dejamos los muñecos y los redescubrimos. Porque no, la línea no murió, solo alternó períodos de letargo con explosiones de actividad. Habían aparecido líneas conmemorativas, chulísimas con un blister protector extra también chulísimo. Se había puesto de moda modificar figuras para hacer tus propios personajes o algunos que habías visto en la tele, lo que se llama customizar, habían salido nuevas versiones de las figuras con su nueva serie de dibujos, la denominada línea 200X, muy manga de estética y más épica y violenta de argumento...


Y un día ya llega la bomba atómica: esa línea la cancelan ya que en una conferencia de aficionados se muestra un prototipo: un He-man, con aspecto del original, pero más articulado y algo más anatomicamente correcto (si es que algo así es posible). Los rumores de disparan y pronto es oficial, nueva línea de coleccionismo, revisión de las figuras, de venta directamente de Estados Unidos, solo para coleccionistas adultos. Unas figuras alucinantes, masivas y super articulables. Y a la vez, respetuosas con las originales. Y ese fan loco que has tenido contenido dentro tuyo se descontrola. Entonces estaba acabado de emancipar, vivía de alquiler (aun no conocía el maravilloso mundo del IBI, la comunidad, el impuesto de circulación...) con un buen sueldo (época pre-crisis) y sin hijos. Y me lancé, vaya si me lancé. Con un doble tirabuzón y pirueta.


Creo que en mi vida he coleccionado nada como coleccioné los Masters of the Universe Classics. Todas las figuras que sacaban a la venta eran alucinantes, pero no podías despistarte. O estabas frente al ordenador 18:00 o podías quedarte sin ellas, algunas apenas estaban a la venta durante minutos, sin exagerar. Creo recordar alguna que aguantó dos minutos, mas te valía que no te fallase la conexión. Era una línea menor y se fabricaban pocas copias. Pronto, llegaron las suscripciones, una figura en tu casa cada mes, y como premio una exclusiva que nadie más podía comprar. Incluso a día de hoy, esas exclusivas valen un riñón. Conforme fueron teniendo más éxito sacaban más y más figuras. Algunas menores, menos conocidas, las clásicas que más se hacían de rogar empezaban a echarse de menos. Mientras, versiones classic de prototipos, de figuras de las serie de dibujos de filmation, antiguas figuras que tendrían que haber salido, como premio de un concurso y no salieron, como Fearless Photog. Cada ver más, estirando el chicle. Hacia ya muchos años que seguíamos la colección, y aquello se estaba volviendo absurdo. Y entonces, como cada vez que algo se descontrola, simplemente deja de tener magia. En mi caso dejé de comprar las suscripciones y comencé a vender figuras que no me entraban interesaban, o que incluso llegué a tener repetidas. Cada vez más. Ya tenía dos hijos, una parte del sueldo que poder destinar a vicios mucho menor y bastante menos espacio en casa.

A día de hoy todo ha cambiado mucho, con un tercer hijo acabado de nacer casi no hay ni espacio ni dinero para tantas colecciones. Hay que racionar, y tengo casi toda la colección a la venta. Guardaré algunas pocas figuras de las Classics de recuerdo y hasta ahí. Siempre tendré Internet para alucinar con lo que hubo y las figuras vintage originales para jugar con mis hijos.

Lo que en su momento guardé en vitrinas y con los complementos catalogados acabará roto y perdido. Pero es ley de vida, yo los disfruté sin medida y ahora le toca a la nueva generación. Ojalá algún día puedan recordarlos con cariño cómo yo lo hago ahora.

Sacada de "The Fwoosh". Para alucinar con sus fotos...
Hijos, si algún día leéis esto. ¡Cuidadlo todo bien! Nunca se sabe si podréis volver a disfrutarlo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario